Para conocer de manera
precisa la forma en que la casa está concebida para afrontar su iluminación y su
mímesis con las condiciones del entorno, es interesante conocer primero la
climatología propia del lugar en el que se asienta la edificación. La región de
Holanda, en los Países Bajos, donde se asienta la Casa del Bosque, es una región
eminentemente oceánica, con gran influencia de la proximidad del mar sobre el
comportamiento de la meteorología del lugar. En el climograma que se adjunta se
observa el comportamiento de las precipitaciones y de las temperaturas. La
temperatura media es de unos 9,83 grados y las precipitaciones anuales suman 766
mm. Según el índice de aridez Dantín-Revenga, es una zona muy húmeda. En
resumen, son pocas horas de sol relativas, y bastante
humedad.
Así pues, la
vivienda se articula en dos espacios diferenciados, que presentan una
iluminación también diferente. Un primer volumen flota sobre el segundo, más en
contacto con la tierra, lo cual condiciona los medios para iluminar los
respectivos espacios.
Además, los
espacios interiores quedan condicionados también por la existencia de diversos
patios, que articulan la luz y sirven de fuentes de ella. La casa se asienta en
el terreno con uno de sus laterales mayores orientados hacia el norte. El
recorrido solar se sostiene alrededor de las restantes fachadas. Es de interés
conocer que el máximo de horas solares (220) se da entre los meses de
mayo-junio, mientras que 19 son el máximo de días de precipitaciones, en torno
al mes de octubre.


Por
último, una cortina de malla metálica recubre la piel exterior de la parte
superior de la vivienda. El control luminoso se representa en los esquemas
adjuntos.
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