miércoles, 25 de enero de 2012

Luz y entorno



Para conocer de manera precisa la forma en que la casa está concebida para afrontar su iluminación y su mímesis con las condiciones del entorno, es interesante conocer primero la climatología propia del lugar en el que se asienta la edificación. La región de Holanda, en los Países Bajos, donde se asienta la Casa del Bosque, es una región eminentemente oceánica, con gran influencia de la proximidad del mar sobre el comportamiento de la meteorología del lugar. En el climograma que se adjunta se observa el comportamiento de las precipitaciones y de las temperaturas. La temperatura media es de unos 9,83 grados y las precipitaciones anuales suman 766 mm. Según el índice de aridez Dantín-Revenga, es una zona muy húmeda. En resumen, son pocas horas de sol relativas, y bastante humedad.







Así pues, la vivienda se articula en dos espacios diferenciados, que presentan una iluminación también diferente. Un primer volumen flota sobre el segundo, más en contacto con la tierra, lo cual condiciona los medios para iluminar los respectivos espacios.






Además, los espacios interiores quedan condicionados también por la existencia de diversos patios, que articulan la luz y sirven de fuentes de ella. La casa se asienta en el terreno con uno de sus laterales mayores orientados hacia el norte. El recorrido solar se sostiene alrededor de las restantes fachadas. Es de interés conocer que el máximo de horas solares (220) se da entre los meses de mayo-junio, mientras que 19 son el máximo de días de precipitaciones, en torno al mes de octubre.




No obstante, uno de los aspectos más interesantes es el propio emplazamiento. La Casa del Bosque, como su nombre indica, se asienta en un pinar que dota al conjunto de unas características especiales. La humedad relativa del entorno se conserva, la luz se tamiza dependiendo de la hora del día, se producen sombras, se mantiene el frescor...La escenografía varía dependiendo del momento del día, y de la estación. Los árboles que conforman los patios, son una continuación de esa envolvente y al mismo tiempo, un contraste, al variar las especies empleadas.


Koolhaas utiliza la ventana corrida, especialmente en el volumen destinado a los padres (superior), donde la luz se controla por cortinas interiores. Los grandes ventanales inundan de luz las estancias interiores, también en el volumen inferior, desde los patios pertinentes.



Los materiales usados para los ventanales intercalan aluminio y vidrio de rotura de puente térmico.






Por último, una cortina de malla metálica recubre la piel exterior de la parte superior de la vivienda. El control luminoso se representa en los esquemas adjuntos.













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